Mujeres, justicia y pandemia
Carolina Villadiego Burbano
Asesora legal para América Latina de la Comisión Internacional de Juristas
La violencia contra las mujeres ha sido más evidente durante la pandemia y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha mencionado que se ha intensificado alrededor del mundo. Los datos del Observatorio Colombiano de las Mujeres muestran un crecimiento del 162 % de las llamadas a la Línea 155 por violencia intrafamiliar, entre el 25 de marzo y el 28 de mayo de este año, respecto del mismo periodo en el 2019.
Sin embargo, la información reportada por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses para el mismo periodo muestra una disminución nacional en el registro de casos de violencia de pareja, aunque en más de 150 municipios dichos registros aumentaron. Por eso, vale la pena preguntarse ¿qué puede estar pasando con el acceso a la justicia de las mujeres víctimas de violencia de pareja en esta cuarentena? Aunque creo que no hay respuestas claras, quiero proponer algunas reflexiones para el debate.
En primer lugar, desde mediados de marzo, el mensaje general de las autoridades con respecto a los servicios estatales es que se brindarían principalmente a través de medios electrónicos. En materia de justicia, la mayoría de las medidas adoptadas por la Fiscalía y la Rama Judicial han estado encaminadas a promover la virtualidad como regla general de trabajo, la presentación de denuncias a través de internet y la restricción significativa de la atención presencial. Además, no está claro cómo están funcionando realmente las comisarías de familia y cómo están tramitando las medidas de protección para las víctimas de violencia intrafamiliar.
En un contexto en el que la justicia se brinda preferentemente a través de medios electrónicos, las mujeres pueden haber tenido mayores barreras para acceder a la justicia. Y es que, para presentar denuncias, se requiere tener las herramientas tecnológicas (computadores/celulares), acceso a internet, saber cuáles son los links para presentar las denuncias o conocer los números telefónicos de la Fiscalía y de la Policía, manejar las herramientas tecnológicas, conocer los aplicativos y, sobre todo, tener la posibilidad -y la privacidad- de presentar una denuncia cuando se está conviviendo con el agresor o se es dependiente de él. No parece sencillo en medio de la cuarentena.
En segundo lugar, las rutas en materia de justicia para las mujeres víctimas de violencia durante la pandemia no han sido claras; lo que se ha priorizado es la divulgación de las líneas telefónicas que brindan orientación (como la línea 155 nacional). Pero, no se sabe si esas líneas hacen un vínculo directo con los servicios de justicia, o si son las mujeres quienes, luego de realizar esas llamadas, deben presentar sus denuncias virtualmente y llamar a las líneas de atención de la Policía o de la Fiscalía.
En este escenario, es posible que se haya generado un mayor desincentivo para que las mujeres denuncien los casos de violencia de pareja y que haya aumentado el subregistro de estos delitos. Por eso, si según la ONU antes de la pandemia se estimaba que menos del 40 % de las mujeres denunciaban o buscaban ayuda cuando sufrían este tipo de violencia, es posible que ese porcentaje haya disminuido durante la pandemia.
La protección de los derechos de las mujeres implica brindar, de manera efectiva, servicios adecuados de justicia. Las líneas de atención y orientación para las mujeres son relevantes, pero no suficientes. Y aunque las tecnologías de información y comunicaciones son importantes para la Rama Judicial, es necesario analizar si haberlas privilegiado como mecanismo de acceso a la justicia durante la pandemia, puede haber incrementado las brechas de acceso en los casos de violencia de pareja. También, es importante estudiar las posibles razones detrás del aumento de los registros de casos de violencia de pareja en los municipios donde Medicina Legal registró dicho incremento, y evaluar si el funcionamiento de la justicia en ellos fue menos virtual o se presentaron otras circunstancias que facilitaron la denuncia.
En medio de la pandemia, debe haber una ruta clara y efectiva en materia de justicia para enfrentar la violencia contra las mujeres.
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