22 de Noviembre de 2024 /
Actualizado hace 13 horas | ISSN: 2805-6396

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Opinión / Columnista Online

Lecciones de Inglaterra y Argentina para acabar con la violencia en los estadios

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Juan Pablo Caballero Rodríguez

Abogado y magíster en Derecho y Gestión Deportiva del Instituto Superior de Derecho y Economía (ISDE, España)

La violencia en los estadios de fútbol en Colombia ha dejado de ser solo un problema deportivo. Lo que antes era una pasión desenfrenada por el equipo favorito, hoy es una amenaza para la seguridad pública y un desafío directo al Estado de derecho. Los incidentes recientes en Cali, Barranquilla y Medellín son solo la punta del iceberg de una crisis nacional que ya no puede ser ignorada por las autoridades ni por la sociedad. La pregunta crucial es: ¿Colombia está preparada para afrontar y erradicar la violencia en los estadios de manera inmediata y efectiva? Las experiencias de Inglaterra y Argentina podrían ofrecernos el mapa legal que necesitamos seguir, pero es esencial que los operadores jurídicos, legisladores y el sistema judicial actúen ahora.

El precedente inglés: cómo acabar con el reinado de los ‘hooligans’

La Premier League es hoy un modelo global de seguridad en el fútbol, pero no siempre fue así. En los años setenta y ochenta, los hooligans ingleses sumieron al fútbol británico en una espiral de violencia incontrolable, que culminó con la tragedia de Hillsborough, en 1989. Este lamentable suceso no solo dejó 96 víctimas fatales, sino que marcó un antes y un después en la gestión de la seguridad en los estadios. El gobierno británico no titubeó: tras la catástrofe, implementó una legislación implacable.

Entre las medidas que transformaron los estadios ingleses, destacan:

- Tribunales móviles y sanciones inmediatas. La justicia no espera. La implementación de tribunales móviles dentro de los estadios permitió que los infractores fueran juzgados y sancionados en el acto, reduciendo así cualquier espacio para la impunidad. Esta acción inmediata es una de las claves del éxito.

- Cámaras de vigilancia y control judicial. Inglaterra reforzó los estadios con un sistema de vigilancia masivo. Pero las cámaras no solo eran herramientas de monitoreo; los infractores eran identificados, sancionados judicialmente y, además, prohibidos de ingresar a los estadios. El seguimiento era férreo: el castigo no terminaba al salir del estadio.

- Legislación rigurosa. La Ley de Estadios de Fútbol de 1989 aumentó drásticamente las sanciones, estableciendo prohibiciones largas para reincidentes y endureciendo las penas por delitos cometidos dentro y fuera de los estadios.

Inglaterra nos enseña que el Estado no debe ser espectador. La violencia en los estadios se combate con legislación efectiva, con la ley en la mano y el castigo inmediato.

El caso argentino: medidas legales para frenar a las barras bravas

Si bien la situación en Argentina es diferente, también ofrece lecciones valiosas. La pasión argentina por el fútbol ha estado acompañada durante años por el flagelo de las “barras bravas”, grupos organizados que han convertido los estadios en campos de batalla. Sin embargo, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y el Gobierno han tomado acciones que están cambiando las reglas del juego:

- Derecho de admisión. Una de las armas legales más poderosas en Argentina ha sido otorgar a los clubes la capacidad de aplicar el “derecho de admisión”. Aquellos vinculados a actos violentos tienen vetada la entrada, lo que reduce significativamente la presencia de personas peligrosas en los estadios.

- Tecnología biométrica. Algunos estadios han empezado a implementar tecnología de reconocimiento facial para impedir el ingreso de hinchas con prohibiciones judiciales. Este sistema ayuda a evitar que los infractores burlen las medidas de seguridad y regresen a los estadios.

- Prohibición de hinchas visitantes. Aunque controvertida, la medida de prohibir hinchas visitantes ha reducido los enfrentamientos entre barras rivales en los estadios. Esto refleja una prioridad clara: evitar cualquier posibilidad de enfrentamiento, incluso si eso significa limitar la libertad de movimiento de los aficionados.

Argentina demuestra que, aunque el camino es complicado, la acción decidida y coordinada entre la justicia y el deporte puede lograr cambios significativos.

¿Qué debe hacer Colombia?

Colombia se encuentra en un punto de inflexión. Los incidentes recientes no solo han dañado la reputación del fútbol nacional, sino que han puesto en riesgo la seguridad de miles de aficionados. Es hora de dejar de lado las soluciones temporales y tomar decisiones legales firmes y duraderas. A continuación, algunas recomendaciones concretas para poner fin a la violencia en los estadios:

- Tribunales móviles en los estadios. Implementar tribunales móviles, como en Inglaterra, para que los infractores sean juzgados y sancionados inmediatamente después de cometer actos violentos en los estadios. Esta medida no solo impone justicia rápida, sino que disuade a otros potenciales infractores.

- Prohibición judicial de entrada a estadios. Emitir órdenes judiciales que prohíban a los infractores ingresar a cualquier estadio del país por periodos de tiempo significativos, y vigilar su cumplimiento a través de tecnología de reconocimiento facial en los accesos a los estadios.

- Registro de infractores deportivos. Crear un registro nacional obligatorio de infractores deportivos. Cualquier persona que haya sido sancionada por actos de violencia en un evento deportivo deberá figurar en esta base de datos, permitiendo su identificación y evitando su entrada en los estadios.

- Nueva Ley de Protección del Deporte y Espectáculos Públicos. Es fundamental aprobar una ley que contemple sanciones más severas para quienes cometan actos de violencia en espectáculos deportivos. Esta ley debe incluir penas de prisión, trabajo comunitario y sanciones que vayan más allá del simple impedimento de ingreso a los estadios.

- Detención preventiva y audiencias expeditas. Las personas que sean detenidas por actos violentos deben pasar al menos 24 a 72 horas en detención preventiva, con audiencias rápidas que definan su responsabilidad y la aplicación de sanciones. La justicia expedita es clave para frenar el ciclo de violencia.

- Responsabilidad solidaria de los equipos. Los equipos deben ser responsables de las acciones de sus hinchadas. Los clubes que no controlen la violencia de sus aficionados deben ser severamente sancionados, lo que incluye desde la pérdida de puntos hasta el descenso de categoría.

El momento de actuar es ahora

El fútbol colombiano no puede permitirse más retrasos. Las lecciones de Inglaterra y Argentina nos muestran que, con voluntad política, legislación efectiva y un enfoque coordinado entre clubes, autoridades y el sistema judicial, es posible erradicar la violencia de los estadios. Las medidas existen, los precedentes están claros. Lo que falta es acción inmediata y decidida. Si no tomamos medidas ahora, el riesgo de más tragedias será cada vez mayor.

Es hora de que Colombia dé un paso al frente, aplique sanciones, modernice su legislación y transforme los estadios en lugares seguros donde la pasión por el deporte no se convierta en un espectáculo de miedo, sino en una celebración de la vida.

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