El Mundial Femenino Sub-20 Colombia 2024: una oportunidad para la transformación del fútbol femenino

Juan Pablo Caballero Rodríguez

Abogado y magíster en Derecho y Gestión Deportiva del Instituto Superior de Derecho y Economía (ISDE, España)

Este año, Colombia se prepara para recibir el Mundial Femenino Sub-20, un evento que promete ser mucho más que un simple torneo de fútbol. Para nuestro país, este es un momento crucial que va más allá de lo deportivo; es una oportunidad única para darle al fútbol femenino el reconocimiento y apoyo que tanto se merece. Este torneo representa una oportunidad histórica para el país, con miras a impulsar el desarrollo y protección del fútbol femenino en Colombia, permitiendo que las mujeres tengan no solo un espacio igualitario en este deporte, sino que a su vez se logre un entorno legal y social claro que proteja su crecimiento.

Colombia estará bajo la mirada del mundo, y esto nos da la chance de mostrar no solo nuestro talento, sino también nuestra capacidad para organizar un evento de talla mundial. Pero, más allá de la organización, es un momento para que todos, desde el Gobierno hasta los aficionados, reconozcamos el enorme potencial de nuestras futbolistas. Recordemos que nuestras selecciones femeninas ya han alcanzado logros increíbles, como la final del Mundial Sub-17 en el 2022, algo que ni siquiera el fútbol masculino ha logrado. Es un orgullo nacional que no podemos pasar por alto.

A pesar de sus éxitos, nuestras futbolistas enfrentan muchas dificultades. Esto principalmente se debe a que no cuentan con el mismo apoyo, visibilidad o derechos que los jugadores masculinos. Este mundial es la oportunidad perfecta para que nuestro Gobierno y las autoridades deportivas tomen acción y establezcan regulaciones que realmente protejan los derechos de las jugadoras profesionales. Necesitamos leyes que garanticen su bienestar, que las protejan de la discriminación y que aseguren condiciones de trabajo justas y equitativas y acceso a mayores recursos económicos.

Este mundial también puede ser el impulso que la liga femenina de Colombia necesita. Con la atención internacional que recibirá el torneo, es el momento ideal para atraer más patrocinadores y broadcasters, así como una oportunidad para asegurarnos de que todos los partidos de la liga se transmitan en televisión. Esto no solo aumentaría la visibilidad del fútbol femenino, sino que también inspiraría a más niñas a seguir sus sueños de ser futbolistas profesionales.

El fútbol femenino necesita más que pasión y talento; necesita un marco legal que lo respalde. Es hora de que los expertos en Derecho y las universidades se involucren y brinden asesoría tanto a las jugadoras como a los equipos, patrocinadores y demás entidades que puedan verse vinculadas en el ámbito de esta profesión. Un deporte tan importante como el fútbol merece estar protegido y regulado para asegurar que todas las personas involucradas, especialmente nuestras futbolistas, puedan desarrollarse en un entorno seguro y justo.

Tenemos en nuestras manos la oportunidad de hacer historia. Este Mundial Sub-20 puede ser el mejor de la historia, y si lo logramos, abrirá puertas para que en el futuro Colombia sea sede de otros grandes torneos Fifa, tanto femeninos como masculinos. Pero, más importante aún, será el punto de partida para un cambio profundo en cómo vemos y apoyamos el fútbol femenino en nuestro país. Es un momento clave para demostrar que el fútbol femenino no es solo una moda pasajera, sino un movimiento en crecimiento que merece todo el apoyo y la atención para prosperar.

Este es el momento de apoyar a nuestras jugadoras, de celebrar sus logros y de trabajar juntos para asegurar que tengan el mismo reconocimiento y las mismas oportunidades que los hombres. El Mundial Femenino Sub-20 Colombia 2024 no es solo un torneo; es el inicio de un futuro más justo y brillante para el fútbol femenino colombiano.

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