Anecdotario Político

Benjamín Ardila Duarte

Para el peruano Mariátegui, el problema del indio está ligado a la lucha por la tierra que le arrebató la colonización española, sin tener en cuenta la protección pedida por Isabel la Católica en su testamento y codicilo. Ella pedía que a los indios “les enseñaran doctrina y buenas costumbres y no consientan ni den lugar que los indios y moradores de esas tierras, ganadas o por ganar, reciban agravio alguno en su persona ni bienes y sean bien y justamente tratados”. Empero, se obedece, pero no se cumple ahora, como hace tres o cuatro siglos, con nuestros antepasados primitivos.

El intelectual chocoano Manuel Mosquera Garcés, escritor y orador, fue ministro del despacho varias veces. El doctor Laureano Gómez decía que era muy bello ver a un negro godo, pero el exministro dijo que él no era de los libertos de José Hilario López, sino de los redimidos por san Pedro Claver.

La costa Pacífica colombiana está tan abandonada como la Caribe hasta hace medio siglo. Tres siglos produjeron el oro a España y dos siglos a la República. Hoy, tiene candidatos afrodescendientes a la vicepresidencia. Buen comienzo. Petro asignó la vicepresidencia a Francia Elena Márquez Mina, altamente consagrada. Sergio Fajardo designó al exministro ecologista afro Luis Gilberto Murillo; la tumaqueña Sandra de las Lajas Torres es vice de John Rodríguez; Luis Pérez (retirado de la contienda) puso a Ceferino Mosquera, y Rodolfo Hernández ubicó a Marelen Castillo, de vicepresidenta.

En Ciencia Política, las fuerzas que intervienen avanzan, se estancan o retroceden. Por ello, desde la Revolución Francesa se habla de izquierda y derecha. Alaín, citado por Simone de Beauvoir, dice con precisión casi dogmática: “Cuando se me pregunta si el corte entre partidos de derecha y de izquierda, hombres de izquierda y hombres de derecha, tiene algún sentido, la primera idea que me viene es que el hombre que pone esta cuestión no es ciertamente un hombre de izquierda”.

Los gobernantes colombianos no han sido extraños a los escándalos sentimentales y románticos. El primero fue el virrey Solís, y Raymundo Rivas estudió el tema con rigor investigativo de historiador. Después, vinieron las Ibáñez, vinculadas a Bolívar, a Santander y a Florentino González, con documentado libro de Jaime Duarte French. También Manuelita Sáenz, la libertadora de El Libertador, llegó a la pluma de Rumazo González y de Antonio Cacua Prada, como heroína gloriosa en las batallas y amor de Bolívar.