Reforma tributaria: los mismos y las mismas

Acuñada esta frase desde ya hace un tiempo en la arena política, para referirse a la puerta giratoria donde los políticos se hacen elegir y se nombran, unos y otros, una y otra vez, también sirve para referirse a quienes les toca soportar toda la carga tributaria del país, es decir, “los mismos y las mismas”.

En esta oportunidad, la nueva propuesta advierte que los aportes serán a cargo de los colombianos que ganen más de 10 millones de pesos mensuales y algunas empresas.

Las cifras no son claras, algunas fuentes expresan que solo el 2 % de los colombianos ganan más de 10 millones de pesos mensuales. Por el contrario, otras señalan que la cifra podría llegar hasta el 10 %. Sin embargo, este no es el punto que se va a analizar; el punto objeto de atención es que esa población, junto con algún aporte que hagan las empresas, tendrá que financiar los proyectos del nuevo Gobierno.

Pero, ¿a qué nos referimos con “los mismos y las mismas”? En primer lugar, nos referimos a las personas naturales y a las empresas que, al vaivén del Gobierno de turno, se le crean nuevas reglas de juego sobre su manera de pagar impuestos, lo cual termina impactando su tarifa de tributación.

Pero no es solo eso. Para profundizar sobre el concepto de “los mismos y las mismas”, nos referimos exactamente a las personas naturales y empresas o sociedades formalizadas que siempre han venido pagando impuestos, esto es, a los que siempre les ha tocado soportar el cambio de tarifa efectiva. En el proyecto de reforma presentado por el Gobierno, por ejemplo, en ganancia ocasional para personas naturales, se pasa del 10 % a una tarifa marginal del 39 %, lo que también ocurre con el impuesto a los dividendos, sin referirnos a los que sucederá con el nuevo impuesto al patrimonio. Estas son algunas modificaciones que sustentan la tesis planteada.

Preocupa lo expresado, porque, en materia de evasión y elusión, el título VI del proyecto de ley, con nombre “mecanismos de lucha contra la evasión y la elusión tributaria”, no trae nada más que eso, un nombre, que, por demás, queda bien grande frente a los cuatro “articulitos” que no pretenden, ni de cerca, combatir los problemas del no pago de impuestos en Colombia.

En este punto, solo queda la esperanza de que, en el trámite legislativo, se hagan aportes sobre el particular, puesto que algunas fuentes expresan que la evasión fiscal en Colombia es cercana a los 50 billones de pesos, cifra nada despreciable para los proyectos que pretende implementar el nuevo Gobierno, pero que, al parecer, no tienen la intención de ir a buscar.

De no plantearse una corrección en este sentido, seguiremos siendo los “mismos y las mismas”, los de siempre, los que terminaremos pagando impuestos y financiando los proyectos del Estado.

Ricardo Mayo Córdoba, contador y abogado, especialista en Derecho Tributario y en Derecho Laboral