Informe
Las competencias no jurídicas que debe tener un abogado
13 de Junio de 2013
En el 2009, en medio de la recesión que golpeó al mundo, los abogados entendieron que era el momento ideal para reinventarse. Howrey, una de las 100 empresas más grandes del planeta –con 700 abogados en ocho países–, pasó de obtener ganancias de un millón de dólares por cada socio a declararse en bancarrota. Otras firmas de abogados corrieron con mejor suerte, pero el mensaje era claro: el entorno estaba cambiando y en tiempos de crisis había que empezar a prepararse para el futuro.
La crisis abrió una brecha entre el pasado y el presente, y esas tendencias no variaron. Una de ellas era la decisión de pagar menos por los servicios. La segunda hizo referencia a la claridad de que todo estaba conectado y, por ende, que la globalización significaba que los clientes estaban en todas partes. Por su parte, la tercera estuvo ligada al aumento de la tecnología, la cual comenzó a penetrar cada vez más en el trabajo rutinario de los abogados, y los obligó a ser más competitivos.
Aunque la economía mundial continúa siendo incierta, la lección quedó aprendida: para sobresalir en la profesión, es necesario adaptarse, abandonar los oficios rutinarios que están siendo relegados por la digitalización, formarse en la academia en competencias que abran camino y expandir la visión de los negocios.
En Colombia, instituciones de Educación Superior como la Pontificia Universidad Javeriana, que ofrece cursos de educación continua en 13 áreas jurídicas distintas, refuerzan las destrezas de los profesionales frente a situaciones cambiantes, como la entrada en vigencia de los tratados de libre comercio (TLC), la argumentación jurídica y el inglés legal, a través de cursos, talleres, diplomados y seminarios.
Los siguientes son los seis tópicos que, según los especialistas consultados por ÁMBITO JURÍDICO, deben tener en cuenta los abogados de hoy para mejorar sus competencias y habilidades en el cambiante mundo actual.
1. Pase de ser un abogado reactivo a uno proactivo
Las tensiones laborales y las quiebras de las empresas no pueden acabar con usted. Incluso, si trabaja en un lugar en el que se siente cómodo, contar con nociones para gestionar su propia firma puede ayudarle a destacarse en su empleo. Por ejemplo, la abogada Matilde Orozco trabaja en el Congreso de la República y decidió tomar una especialización en Derecho Contractual y Relaciones Jurídico-Negociales, en la Universidad Externado de Colombia. A medida que aprende, entiende hacia dónde quiere llegar: a gestionar equipos, tomar decisiones financieras, ejecutar planes de mercadeo básicos, pensar como directiva y estar preparada para abrirse campo internacionalmente.
En principio, anhela regresar a su departamento natal, Norte de Santander, con habilidades que la diferencien de sus colegas. “Tengo que viajar, aprender a adaptarme y ser capaz de mirar más allá de las leyes que aprendí en la facultad. Si no, me quedaré en lo mismo y la idea es destacarme”, asegura. En la universidad de la cual es egresada, se ofrecen diplomados en liderazgo directivo y en gestión y mejoramiento de la responsabilidad social empresarial y, a pesar que no hacen parte de la oferta directa de la Facultad de Derecho, eso es precisamente lo que busca Matilde: aprender algo adicional para adquirir herramientas de otras áreas.
2. Mercadee su trabajo
Hoy, la gestión de una firma de abogados debe estar orientada hacia la gente. En ese punto, el concepto de mercadeo jurídico cobra una importancia crucial. Mónica Siabato, abogada radicada en Armenia, asegura que el mercado y la gente son una prioridad en un momento “en que la profesión ha venido perdiendo credibilidad y el lenguaje jurídico se hace más intrincado para el común de las personas. Por ello, he decidido cursar, en línea, aspectos relativos a la importancia de hallar una identidad, la relevancia de posicionar una firma, la manera de desarrollar un nombre y qué herramientas emplear para responder a las demandas de las personas. Hacerlo generará un cambio en la distancia que existe hoy entre abogados y clientes”, asegura.
3. Aprenda otros idiomas
En la Pontificia Universidad Javeriana, el Diplomado de Inglés Legal se enfoca en instruir a los abogados con palabras útiles para que amplíen sus horizontes. El curso de Business English, por su parte, está enfocado en “hacer negocios”. Entre tanto, en la Universidad Nacional existen ofertas en inglés básico y comunicación efectiva.
La oferta de inglés legal y comunicaciones presente en la Universidad del Rosario ratifica que la demanda es alta y enfocada en este idioma; mientras que en la Universidad de Los Andes un taller en inglés parece diseñado para responder a la pregunta: “¿cómo ser un comunicador más confiable y exitoso?”.
En definitiva, los abogados están obligados a abrirse campo en otros escenarios ante el mundo cambiante y globalizado. Francisco Bermúdez, abogado y profesor de la Universidad del Rosario, quien alimenta un blog jurídico en cuatro idiomas (francés, portugués, inglés y español), asegura que los jóvenes están cada vez más preparados en otros idiomas, pero presentan grandes fallas en el español. “Es muy usual que en los procesos de selección se le pregunte al candidato si sabe inglés. Conocer otro idioma es un requisito imprescindible para trabajar en un bufete de abogados o en una empresa. Pero si utilizamos el español, aprendamos a emplearlo correctamente”, afirma.
4. Exprésese bien
La comunicación oral o escrita es la carta de presentación de todo abogado; sin embargo, no todos lo tienen claro. Martín Galvis, abogado de la Universidad Nacional, asegura que en la firma en la que trabajaba “el nivel de redacción era pésimo. Los textos con contenido jurídico requieren un alto grado de complejidad. Me sentía avergonzado por el nivel de mis colegas”, asegura.
Por su parte, ha intentado convencer a sus compañeros de tomar cursos de educación continua: “En la Nacional, hay diplomados en redacción de textos jurídicos, corrección de estilo, latín básico y producción de textos argumentativos”. En la Javeriana, áreas como la expresión corporal y manejo de público son ofrecidas en los cursos de educación continua, replicando, en parte, las bases de la oratoria. Así mismo, en la Universidad de Los Andes se ofrece escritura creativa en inglés y un taller de lenguaje periodístico para no periodistas, que no es más que la posibilidad de aprender a expresar las ideas con claridad.
5. Ábrase a los negocios
La vertiginosa expansión de los negocios transnacionales es uno de los mayores retos para las empresas y, de paso, para los abogados, quienes se ven obligados a entender las complejidades y diferencias jurídicas entre los Estados, las reglas del comercio exterior, temas económicos concretos y puntos de integración y, a la vez, de conflicto entre las partes.
La Pontificia Universidad Javeriana ofrece diplomados en normas internacionales de información financiera, finanzas para no financieros y gerencia de mercadeo, entre otros, con fin de entender los TLC y el sistema legal estadounidense, que dan cuenta de la importancia de este enfoque. “El derecho comparado es el centro del Derecho Internacional en sí mismo, en momentos en que se establecen relaciones comerciales y diplomáticas más estrechas”, explica Celia Blanco, coordinadora de la Universidad Iberoamericana de México, quien también asegura que, en este campo, se unen materias de Derecho Corporativo, Mercantil y de Negocios Internacionales.
6. Manejo de crisis
Las crisis de petroleras o empresas mineras, el deterioro de la imagen estatal y las dificultades del sector público han evidenciado la importancia de manejar con altura estos golpes de opinión.
Gómez Alzate Abogados, una firma con énfasis en Derecho Comercial, ofrece este servicio a las compañías y ha abierto un nicho crucial en un mundo en el que cada día son mayores las fracturas evidentes de las compañías. Su relevancia ha servido de ejemplo a quienes optan por ser servidores públicos de alto nivel y hoy cursan diplomados en gestión pública territorial, conciliación y solución de conflictos o control interno en entidades públicas. Estos diplomados, disponibles en la Universidad Cooperativa de Colombia, ayudan a empresas y abogados a ganar credibilidad y a enfrentar situaciones complejas.
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