Reforma a la justicia, reforma a la salud y administración de justicia

24 de Abril de 2024

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Nota:

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Andrés Guerrero Pardo

Abogado especialista en Derecho Administrativo y Responsabilidad Social

La reforma a la justicia pasa por preguntar a sus usuarios, es decir, a sus grupos de interés, por los cambios necesarios para la solución efectiva de los conflictos. De entrada, tenemos un problema, los grupos de interés son más numerosos y representativos que el grupo de expertos convocado por el Ministerio de Justicia.

Eso quiere decir, que, para reformar la justicia, se debe consultar a múltiples actores, un proceso muy similar a la construcción del Plan Nacional de Desarrollo.

A manera de aporte, y excluyendo lo relacionado con los asuntos penales, me permito hacer las siguientes sugerencias, respecto a la reforma a la justicia en Colombia:

- Lo primero es aprender a solucionar las controversias, desarrollando habilidades como la escucha, asertividad, creatividad, tolerancia, respeto, ética, convivencia, métodos para resolver los conflictos y respeto de los derechos humanos.

- También podemos impulsar algunos métodos de solución de controversias, como la conciliación y la amigable composición, en: instituciones educativas, ambientes laborales, casas de justicia e inspecciones, y organizaciones sociales como las juntas de acción comunal (JAC).

- Sería bueno poner a disposición de la ciudadanía “centros de solución de controversias”, en los que podamos radicar demandas de conocimiento de la justicia ordinaria, y solicitudes de conciliación, amigable composición, arbitraje, etc., de acuerdo con la característica del conflicto y la necesidad de las partes.

- En cuanto a la llamada justicia ordinaria, es necesario empoderar a los jueces a través de principios, a cambio de menos disposiciones procesales cada vez más complicadas. Cuando las universidades empezaron a ofrecer especializaciones en derecho procesal, me di cuenta que algo andaba mal.

- Por último, y para favorecer la pronta solución de determinados conflictos, sugiero dar facultades de decisión en primera instancia a las JAC, siendo la segunda instancia las secretarías de Gobierno en cada municipio. Los miembros de las JAC deben ser personas reconocidas por la comunidad, conocedores de su entorno, y tener la asistencia de asesores legales (consultorios jurídicos) que respalden su tarea.

Estas son algunas inquietudes que me permito compartir, estoy seguro de que hay muchas más, solo falta que el Gobierno abra el espacio a todos los grupos de interés.

La solución no es el incremento indefinido del presupuesto para la Rama Judicial, ni mantener procesalismos eternos y engorrosos que solo entienden los especialistas, ni dejar en manos de unos pocos la reforma a la justicia para todos.

Entre el sistema de salud y la administración de justicia

Hay puntos de contacto entre el sistema de salud y la administración de justicia. Ambos tienen problemas estructurales asociados a la gestión y, en ambos, sus voceros consideran que la solución pasa por otorgar más presupuesto.

La intervención de las EPS y la morosidad en los despachos judiciales demuestran que los administradores no están adelantando una adecuada gestión.

Pretenden resolver los problemas solicitando más recursos, estamos frente a un agujero negro del que conocemos la entrada, pero no la salida. Olvidan que el presupuesto nacional no es infinito.

¿Será que lo que se necesita es una reingeniería, para hacer más eficiente y eficaz el sistema de salud y la administración de justicia? Yo creo que sí.

El gran problema es que muchos de los actores involucrados en el proceso de cambio tienen conflictos de interés y/o posturas políticas contrapuestas a los del mandatario de turno.

Es hora que el debate salga del Congreso y del Palacio, para lograr una construcción colectiva que vaya resolviendo los problemas que aquejan por años a nuestra sociedad.

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