Estoy en la línea de la escritura clara y sencilla, accesible a todos los posibles lectores, que en muchos casos no son personas significativamente letradas.

Los modelos rígidos y tradicionales deben dar paso a aquellos en los que se premien las ideas y la innovación.

Existe una compleja definición de derechos de transición que se identifica con la incertidumbre, con los diálogos difíciles mediados por el resentimiento y el dolor, la necesidad de la memoria, la reconciliación y el perdón, el compromiso con la verdad, la justicia y la no repetición, el arraigo, el

Se dice y se escribe “la ANI” y “la ANLA”, ya que ni la Agencia Nacional de Infraestructura ni la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales comienzan con “a” tónica.

Para buscar fórmulas, en el caso de Venezuela, por ejemplo, se creó el Grupo de Lima que con mucho entusiasmo se reunió un par de veces bajo la creencia de que “Maduro tenía las horas contadas”.

Tenía apenas 11 años de edad cuando la suerte le sonrió: en lugar de recibir la bicicleta que ansiaba, sus padres (…) le regalaron una inofensiva guitarra.

Desde Carmel (California) hasta Copenhague, la ley se debe adaptar a la nueva realidad tecnológica, no viceversa.

Las universidades dialógicas, como los espejos y las ventanas, a lo mejor, no nos hagan mejores ciudadanos, como sugería Dewey, pero sí son espacios para percibir lo que no vemos.

Conviene, pues, superar el complejo de inferioridad de nuestro idioma, de nuestras leyes y de nuestra cultura, si es que esa es la causa de la redacción jurídica enrevesada.

Colombia comparte con Haití y algún país africano el desdoroso primer puesto en concentración de la riqueza, la tierra y el ingreso.