Memoriales / Informe
América Latina y el trabajo en el espacio global
12 de Febrero de 2015
Mauricio Lenis Gómez
Director de la Maestría en Derecho y de las especializaciones en Derecho Laboral y de la Seguridad Social de la Universidad Icesi
En septiembre del año pasado, asistí al XXIV Curso de especialización para expertos latinoamericanos en relaciones laborales, un programa desarrollado por la Universidad de Castilla La Mancha de Toledo (España), con la colaboración de varias universidades italianas.
En este curso, participan prestigiosos profesores europeos en el campo del Derecho Laboral y la Seguridad Social, así como expertos latinoamericanos en relaciones laborales, quienes son postulados por los colegios de abogados del trabajo, los ministerios del Trabajo, los tribunales de justicia nacionales o las asociaciones de sindicatos o centrales de trabajadores de dichos países.
En esta ocasión, se denominó Más allá del Estado. El trabajo en el espacio global. El tema central fue el análisis comparativo sobre la situación del trabajo global en Europa y en Latinoamérica. Bajo esta perspectiva, los debates giraron, principalmente, en torno a la realidad económica europea. En este continente, se ha acentuado el modelo neoliberal o de protección de los intereses del capital concentrado, funcional a las pretensiones de las grandes transnacionales, que ha tenido efectos negativos en el desmonte del Estado de bienestar, modelo que se consolidó después de la Segunda Guerra Mundial.
Esta situación redundó en la protección del trabajo mismo y en el sistema democrático. Una de las conclusiones interesantes es que no se trata de una crisis, sino de una transición hacia un modelo nuevo que tiende a afianzarse, en el que la desregulación, la flexibilización, la tercerización y la deslocalización laboral, entre otros fenómenos, son parte de la cotidianidad de las relaciones laborales.
Modelo latinoamericano
En el caso latinoamericano, se destacó cómo, en algunos países, y de la mano del constitucionalismo contemporáneo, se ha venido fortaleciendo en las últimas décadas el poder del Estado como articulador de políticas laborales y sociales y como garante de estos derechos a nivel internacional, lo que ha contribuido al mejoramiento de las condiciones laborales en dichos países.
Ello, a su vez, ha posibilitado o favorecido la reestructuración o el renacimiento del Derecho Laboral de los países de la región, aunque los niveles de avance varían de uno a otro. De hecho, no puede desconocerse que América Latina aún sigue siendo una región caracterizada por la desigualdad y por la falta de empoderamiento del diálogo social, en el que se reconozca a los movimientos de los trabajadores y a los movimientos sociales como actores importantes que pueden contribuir a las transformaciones sociales.
Este contraste de realidades generó preocupaciones legítimas en torno al futuro de la regulación laboral en el mundo. La primera es que, al reconocerse que vivimos en un mundo globalizado, la situación europea puede incidir negativamente en los avances desarrollados en algunos países latinoamericanos. Por ello, la transición en el modelo europeo de regulación laboral debe llevar a los países de nuestra región, más que en continuar siguiendo modelos de otros continentes, a concentrarse en consolidar y fortalecer sus modelos nacionales de búsqueda de bienestar y a diseñar sus regulaciones conforme a sus propias realidades.
El Estado de bienestar es imprescindible para garantizar una democracia amplia e incluyente con justicia social. Para este camino se sugirió analizar experiencias exitosas de algunos países suramericanos. La segunda preocupación es que existe la necesidad de regular el trabajo global y de fortalecer las empresas locales, que son importantes generadoras de empleo e impulsoras de las economías nacionales.
Otro tema que se debatió fue la situación del trabajo global, caracterizado por los bajos niveles de protección y por las dificultades de acceso por parte de los trabajadores a los tribunales de justicia, con el fin de reivindicar sus derechos laborales. Los trabajadores de empresas globales también deben ser beneficiarios directos de la judicialización y la garantía de los derechos.
En otra discusión, se destacó que siguen estando vigentes las consideraciones expresadas en el preámbulo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que contiene el sentido y alcance del trabajo decente, objetivo primordial de la OIT y de toda nación y en el que se reitera que la paz universal y permanente solo puede basarse en la justicia social.
Más propuestas
Por otra parte, los participantes también hicieron propuestas interesantes. La finalidad de este ejercicio fue que desde diferentes lugares y, en especial, desde la academia, se contribuyera a un mejoramiento de los derechos y las condiciones del trabajo en los países latinoamericanos. Las principales propuestas se pueden sintetizarse así:
- Contribuir a la reconstrucción teórica del Derecho Laboral latinoamericano desde la perspectiva axiológica, como una forma de enfrentar la volatilidad de las normativas nacionales.
- Lograr una mayor influencia del Derecho Internacional del Trabajo en los países latinoamericanos y fortalecer el estudio y la difusión de las declaraciones, convenios y recomendaciones de la OIT, así como reforzar el criterio del tripartismo (gobierno, empleadores y trabajadores).
- Establecer un foro permanente de defensa de los derechos laborales, que sirva como espacio para el intercambio de las visiones y las posiciones de los diferentes países y para la construcción de una agenda laboral latinoamericana. En este foro también puede crearse un espacio de denuncia al incumplimiento de los tratados internacionales, los convenios de la OIT, los códigos de buen gobierno y las convenciones colectivas del trabajo, entre otros.
- Fomentar las redes de información latinoamericanas, para difundir los avances normativos y jurisprudenciales.
- Fortalecer la labor y las herramientas con las que cuentan los operadores del Derecho en el Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos, a través de la difusión de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y su Protocolo Adicional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Es importante desarrollar una labor sistemática de reclamo ante los organismos de control y de seguimiento de dichos tratados.
- Contribuir con la implementación de una política social que logre contener el predominio del capital financiero. En este escenario, los partidos políticos deben asumir la defensa de los derechos laborales.
Por último, en el curso se reiteró que el principio protector debe seguir siendo la base fundamental del Derecho del Trabajo, al lado de la primacía de la realidad y la igualdad de oportunidades. Los principios y los derechos fundamentales contenidos en la Declaración de la OIT de 1998 deben ser el hilo conductor de los desarrollos legislativos nacionales.
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