Anecdotario político

Benjamín Ardila

El presidente Santander decía que la vida de los hombres públicos es una propiedad de la historia imparcial. No es a hombres apasionados a quienes corresponde escribir la historia de la Nueva Granada, sino a aquel que, libre de odios e innobles pasiones, pueda referir los hechos imparcialmente, examinar sus causas, pesar las circunstancias que influyan en ellos y hacer observaciones con exactitud, serenidad e impasividad.

La América Latina sufre hoy el colonialismo tecnológico del artillado sistema de marcas y patentes. La pandemia coronaria da la oportunidad para una paciente utilización del esfuerzo interno –coordinado entre los científicos del área– en pos de objetivos indispensables como la vacuna, los tratamientos y las medicinas para aliviar la crisis mundial en la que nos debatimos.

Manuel Rodríguez Becerra, Julio Carrizosa Umaña y Pablo Leyva han sido verdaderos superministros en la defensa ecológica de Colombia, de su Código Ambiental de 1974 y de los artículos 58 y 63 de la Constitución de 1991. Han defendido los Parques Nacionales, con la plena prueba jurídica de que no se pueden construir hoteles en el Parque Tayrona. Primero está la patria que el hotel rentable.

Laureano Gómez siguió la teoría de Montesquieu y de madame de Stael, al sostener que el clima influye en la civilización de un país. Y en España Larra comentaba: “Razón han tenido los que han atribuido al clima influencia directa en las acciones de los hombres. Duros guerreros ha producido el norte; tiernos amadores el mediodía, hombres crueles, fanáticos y holgazanes el Asia; héroes la Grecia; esclavos el África, he aquí por qué son famosos los melocotones de Aragón, las fresas de Aranjuez, los pimientos de Valencia y los facciosos de Roa y de Vizcaya”.