¿Qué está haciendo diferente EE UU ante la crisis global?
Jorge Arango Velasco
Profesional en Finanzas de la Universidad Externado de Colombia
En 1914, Henry Ford sacudió el mundo empresarial con una decisión que desafió las convenciones de su época. Ante la inminente amenaza de quiebra de la Ford Motor Company, Henry Ford optó por una estrategia radical: hacer las cosas de manera diferente.
Un año antes, en 1913, la empresa enfrentaba graves problemas. La alta rotación de empleados, con una tasa del 370 % anual, y un preocupante 10 % de absentismo diario, amenazaban su existencia. La cadena de producción, piedra angular de su éxito, pendía de un hilo.
El 5 de enero de 1914, Ford anunció su revolucionario plan: reducir la jornada laboral a ocho horas, implementar tres turnos diarios y duplicar los salarios, llegando a los cinco dólares diarios. La noticia se propagó como un reguero de pólvora, atrayendo multitudes de solicitantes de empleo y transformando la dinámica laboral. Allí donde cualquier administrador o financiero hubiera recomendado cortar salarios y alargar los turnos, Henry Ford hizo las cosas de manera diferente.
Los resultados fueron impresionantes. El absentismo se redujo al 2,5 %, la rotación bajó al 16 %, y la productividad se disparó un 70 % por trabajador. Los beneficios crecieron un 20 %, mientras que los clientes se beneficiaron con la reducción del precio del Modelo T de 800 dólares a 350 dólares, consolidando a Ford como líder mundial en la industria automotriz.
Pero el impacto trascendió los muros de la fábrica. El aumento salarial elevó las perspectivas de los trabajadores y contribuyó al surgimiento de una nueva clase media. Con ingresos duplicados, los empleados pudieron adquirir los productos que ellos mismos fabricaban, desencadenando una revolución en el consumo que reverberó en toda la economía estadounidense, definiendo su tamaño actual.
Lo que algunos consideraron un acto de generosidad resultó ser una genialidad empresarial. Henry Ford lo resumió así: “Una de las mejores medidas para reducir costos ha sido duplicar los sueldos”. Este episodio perdura como un hito en la historia del mundo empresarial, demostrando que, a veces, hacer las cosas de manera diferente paga.
De la misma manera, mientras el mundo se enfocaba en el año 2023 en controlar los estragos de la inflación con una serie de medidas restrictivas que iban desde el aumento de las tasas de interés y la disminución del gasto público, EE UU se enfocó, en cambio, en enviar sendos salvavidas a la infraestructura, subsidios a los coches eléctricos y la industria de los microchips. Tanta fue la euforia fiscal que el 30 % del aumento del PIB de EE UU provino directamente del incremento del gasto público, lo que es, una vez más, hacer las cosas de una manera totalmente diferente a la esperada contracción de la economía clásica que recomienda mantener el gasto al mínimo.
De esta manera, al día de hoy, EE UU logró evadir la tan anunciada recesión mundial del 2023, logrando algunos indicadores que nos dan luces sobre su vitalidad, por ejemplo: tasa de desempleo en 4%; último trimestre del PIB con crecimiento del 5%; tasa de inflación al 3,7% y bajando y el anuncio de futuras caídas de la tasa de interés; el Dow Jones Industrial Average (el índice accionario de las 30 acciones más representativas de la Bolsa de New York) se mantiene con un tendencia creciente desde noviembre del 2023.
Este panorama se ve fuertemente respaldado por una resurgente clase media que recibió en épocas de pandemia una serie de estímulos económicos por valor superior a los 5.000 millones de dólares que logró no solamente mantener, sino incentivar el gasto de las familias y consumidores en general, jalonando el empleo, la producción y la estabilidad de los salarios.
Hoy, para el mundo, EE UU vuelve a ser un faro que se espera jalone la producción y el comercio internacional en muchos países, ya que solo hace falta darse un paseo por el vecindario para encontrar la mala situación de los vecinos:
China se recalienta (en más de un sentido)
El crecimiento del PIB se ha visto afectado por diversos factores. La disminución en la demanda de productos fabricados en China, agravada por las restricciones generadas por la pandemia del covid-19, ha impactado significativamente en el sector manufacturero. Además, la crisis en el mercado inmobiliario, causada por el bajo consumo de vivienda nueva y la falta de pago de créditos hipotecarios, ha contribuido a esta situación. Por otro lado, las fábricas han enfrentado desafíos adicionales, debido a las olas de calor, que han aumentado el consumo de energía por el uso generalizado de aires acondicionados, obligando a reducir las jornadas laborales debido a las condiciones adversas que no permiten un trabajo continuo y una disminución en la producción.
Japón tiene una deuda intergeneracional difícil de pagar
Japón enfrenta una serie de desafíos económicos que impactan en su panorama financiero y social. La reducción de costos se ve afectada por una moneda reevaluada, mientras que la inversión extranjera se ve impulsada por empresas japonesas que trasladan su producción al extranjero. El envejecimiento y la disminución de la población plantean preocupaciones sobre la fuerza laboral y los mercados laborales del país. La débil demanda mundial, especialmente de China, dificulta los esfuerzos de la industria japonesa para expandir su capacidad de producción. Además, la alta inflación está erosionando rápidamente el poder adquisitivo de los hogares, mientras que la deuda de Japón sigue siendo la más alta del mundo.
Alemania afectada por el frente ruso
La invasión de Ucrania, las tensiones comerciales con China y el aumento del proteccionismo por parte de EE UU están generando desafíos adicionales. Además, la decisión de Alemania de abandonar la energía nuclear ha agravado temporalmente su dependencia energética. Es importante destacar que la estrecha relación comercial con China, especialmente en materias primas clave, refuerza esta vulnerabilidad. Estos elementos externos y cambios en la política energética nacional presentan un escenario complejo para la economía alemana en los próximos periodos.
Hacer las cosas diferente paga, el comportamiento contraintuitivo genera soluciones por fuera de la caja que pueden llegar a posicionar empresas como Ford como una de las más grandes del mundo, o a evitar una recesión de talla mundial. Pensar diferente al resto de la manada diferencia los propios resultados de los de la manada en sí misma… en una ciudad de panaderos no compitas vendiendo pan, vende harina.
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